domingo, 18 de mayo de 2014

El estrés,¿ tiene solución?

Cada día en la consulta acuden pacientes con diversa sintomatología, generalmente el motivo de consulta suele ser el mismo, dolor.
Cuando un paciente visita mi consulta por primera vez, el protocolo es el siguiente: toma de datos personales, motivo de consulta, tratamientos anteriores... Al final suele, generalmente, el paciente, referirse a un dolor en una zona de un tiempo de evolución, unos días, semanas, meses...La pregunta que suelo formular, es :- ¿A qué piensas que se debe esto?
y muchas veces la respuesta es: -Al estrés.
¿Y qué es el estrés?
Para la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) el estrés es "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción".
El ser humano está diseñado para la la supervivencia mediante la captación de estímulos y la elaboración de respuestas, así pues, el estrés es una reacción neuronal NORMAL.
Otra cosa diferente es la gestión no adecuada de ese estrés, el disestrés, con eso empiezan los problemas.
A veces los estímulos externos o internos, interpretados como amenazantes, desencadenan una respuesta orgánica inadecuada, exagerada. El cuerpo se prepara para la batalla, la mayoría de las veces inexistente, o imaginada y otras veces real.
Potencialmente amenazante es cuando paseando por la noche, vamos por una calle de una ciudad desconocida, que cada vez se vuelve más obscura, y solitaria, cuando de repente, oímos unos pasos que se acercan, y adivinamos a lo lejos la figura de una persona corpulenta, y poco a poco esta persona se nos acerca y...
Ahora bien, la situación potencialmente amenazante anterior, puede concluir en un atraco(amenaza real), en que nos pidan la hora, o en un simple cruce de caminos de dos personas, que deambulan por la calle por la noche (amenaza inexistente). O estaba yo paseando y me ha parecido oir pasos y que me seguían (amenaza imaginada). Estas hipotéticas situaciónes, es interpretada como amenazante por nuestro cerebro. Nuestro sistema de alerta reticular activador ascendente (una red de neuronas del cerebro) se pone en marcha y hace que el cuerpo reaccione tensando los músculos, llevando más sangre a estos y retirándola de los órganos internos, nuestras pupilas se dilatan, el corazón y la respiración se aceleran, la boca se seca desaparece la sensación de sueño, hambre, sed y todas aquellas sensaciones que no son vitales en ese momento. Y nuestro cerebro toma el control y nos prepara para reaccionar¿y qué causas intervienen en ello?

- La educación:
    A través de la educación nos inculcan cosas que nos ayudan en nuestro desarrollo, y que nos sirven para advertir los peligros. Esta es la base de aprendizaje del miedo.

- Los antecedentes:
    Todos tenemos una historia personal, la vida está hecha de momentos. En cada momento, nuestro cerebro está funcionando, almacenando datos, guardando en la memoria. Todos tenemos nuestra hemeroteca. Y el cerebro está constantemente revisando esta colección de periódicos, para anticipar situaciones potencialmente peligrosas para nosotros.

- La genética: 
    El miedo se transmite de generación en generación a través del ADN celular. En un estudio, se observó el miedo de los ciervos a los lobos. Los ciervos reaccionaban huyendo de los lobos cuando los veían. Esta reacción de miedo ante la visión por vez primera de un lobo, permanecía inalterada hasta la 5ª generación, donde los cievos ya no reaccionaban ante la presencia de de un lobo. Tras 5 generaciones sin ver al lobo, este ya no generaba respuesta de miedo.
El miedo es una de las respuestas cerebrales ante el estrés. Al igual que los ciervos, sin presencia de miedo, estaríamos en peligro.
El problema aparece cuando nuestro cerebro reacciona así ante situaciones habituales, en el trabajo, en casa, en el coche, vivimos situaciones normales, pero son interpretadas como potencialmente peligrosas y nuestro sistema de alerta reticular se activa y aparecen las secuelas a esta activación crónica, dolor musculoesquelético, problemas viscerales, alteraciones del carácter, del sueño, etc.
Una de las mejores maneras de poder combatir esto, es hacer ejercicio de manera habitual. Es una manera de descargar la activación muscular, y dar la orden cerebral de desactivación de la alerta.
Otra es la capacidad de aprender a controlar las reacciones cerebrales, y para esto, nada mejor que realizar nuestro curso de Control Mental , impartido por Sagrario Sáiz que se celebrará el 15 y 16 de febrero del 2019 en Osteopatía Archanco de Pamplona. Os dejo un vídeo del programa REDES.